Leyes de Newton
La primera y
segunda ley de Newton, en latín, en la edición original de su obra Principia
Mathematica
Las leyes de
Newton, también conocidas como leyes del movimiento de Newton, son tres
principios a partir de los cuales se explican la mayor parte de los problemas
planteados por la mecánica, en particular aquellos relativos al movimiento de
los cuerpos, que revolucionaron los conceptos básicos de la física y el
movimiento de los cuerpos en el universo.
Constituyen los
cimientos no solo de la dinámica clásica sino también de la física clásica en
general. Aunque incluyen ciertas definiciones y en cierto sentido pueden verse
como axiomas, Newton afirmó que estaban basadas en observaciones y experimentos
cuantitativos; ciertamente no pueden derivarse a partir de otras relaciones más
básicas. La demostración de su validez radica en sus predicciones... La validez
de esas predicciones fue verificada en todos y cada uno de los casos durante
más de dos siglos.
En concreto, la
relevancia de estas leyes radica en dos aspectos: por un lado constituyen,
junto con la transformación de Galileo, la base de la mecánica clásica, y por
otro, al combinar estas leyes con la ley de la gravitación universal, se pueden
deducir y explicar las leyes de Kepler sobre el movimiento planetario. Así, las
leyes de Newton permiten explicar, por ejemplo, tanto el movimiento de los
astros como los movimientos de los proyectiles artificiales creados por el ser
humano y toda la mecánica de funcionamiento de las máquinas. Su formulación
matemática fue publicada por Isaac Newton en 1687 en su obra Philosophiæ naturalis
principia mathematica.
La dinámica de
Newton, también llamada dinámica clásica, solo se cumple en los sistemas de
referencia inerciales (que se mueven a velocidad constante; la Tierra, aunque
gire y rote, se trata como tal a efectos de muchos experimentos prácticos).
Solo es aplicable a cuerpos cuya velocidad dista considerablemente de la
velocidad de la luz; cuando la velocidad del cuerpo se va aproximando a los 300
000 km/s (lo que ocurriría en los sistemas de referencia no-inerciales)
aparecen una serie de fenómenos denominados efectos relativistas. El estudio de
estos efectos (aumento de la masa y contracción de la longitud,
fundamentalmente) corresponde a la teoría de la relatividad especial, enunciada
por Albert Einstein en 1905.
Historia
La dinámica es la
parte de la física que estudia las relaciones entre los movimientos de los
cuerpos y las causas que los provocan, en concreto las fuerzas que actúan sobre
ellos. La dinámica, desde el punto de vista de la mecánica clásica, es
apropiada para el estudio dinámico de sistemas grandes en comparación con los
átomos y que se mueven a velocidades mucho menores que las de la luz.3 Para
entender estos fenómenos, el punto de partida es la observación del mundo
cotidiano. Si se desea cambiar la posición de un cuerpo en reposo es necesario
empujarlo o levantarlo, es decir, ejercer una acción sobre él.
Aparte de estas
intuiciones básicas, el problema del movimiento es muy complejo: todos aquellos
que se observan en la naturaleza (caída de un objeto en el aire, movimiento de
una bicicleta, un coche o un cohete espacial) son complicados. Esto motivó que
el conocimiento sobre estos hechos fuera erróneo durante siglos. Aristóteles
pensó que el movimiento de un cuerpo se detiene cuando la fuerza que lo empuja
deja de actuar. Posteriormente se descubrió que esto no era cierto pero el
prestigio de Aristóteles como filósofo y científico hizo que estas ideas perduraran
siglos, hasta que científicos como Galileo Galilei o Isaac Newton hicieron
avances muy importantes con sus nuevas formulaciones. Sin embargo hubo varios
físicos que se aproximaron de manera muy certera a las formulaciones de Newton
mucho antes de que este formulara sus leyes del movimiento.
Es el caso del
español Juan de Celaya, matemático, físico, cosmólogo, teólogo y filósofo que
en 1517 publicó un tratado titulado In octo libros physicorum Aristotelis cum
quaestionibus eiusdem, secundum triplicem viam beati Thomae, realium et
nominatium, obra de especial interés para el estudio de los orígenes de la
moderna ciencia del movimiento. Durante su etapa en Francia fue un escritor
prolífico, escribiendo sobre todo acerca de la física de Aristóteles y el
movimiento. También publicó numerosos trabajos sobre filosofía y lógica. Fue
uno de los impulsores de la lógica nominalista y de las ideas mertonianas de
los calculatores acerca de la dinámica. Fue capaz de enunciar, dentro de las
Leyes de Newton, la Primera Ley de o Primer Principio de la Dinámica (una de
las leyes más importantes de la física) un siglo antes que Newton.
Otro destacado
pionero fue el también español, y discípulo de Celaya, Domingo de Soto, fraile
dominico y teólogo considerado como el promotor de la física moderna. Su teoría
del movimiento uniformemente acelerado y la caída de los graves fue el
precedente de la Ley de la Gravedad de Newton. Escribió numerosas obras de
teología, derecho, filosofía y lógica y también comentó varios libros de física
y lógica aristotélica, de los cuales el más importante fue Quaestiones super
octo libros physicorum Aristotelis (1551), sobre cinemática y dinámica, la cual
fue publicada en varias ciudades italianas, influyendo en personajes como
Benedetti o Galileo. Domingo de Soto fue uno de los primeros en establecer que
un cuerpo en caída libre sufre una aceleración uniforme con respecto al tiempo
—dicha afirmación también había sido establecida por Nicolás Oresme casi dos
siglos antes— y su concepción sobre la masa fue avanzada en su época. En su libro
Quaestiones explica la aceleración constante de un cuerpo en caída libre de
esta manera:
Este tipo de movimiento propiamente sucede en los
graves naturalmente movidos y en los proyectiles. Donde un peso cae desde lo
alto por un medio uniforme, se mueve más veloz en el fin que en el principio.
Sin embargo el movimiento de los proyectiles es más lento al final que al
principio: el primero aumenta de modo uniformemente disforme, y el segundo en
cambio disminuye de modo uniformemente disforme.
Domingo de Soto
ya relacionaba dos aspectos de la física: el movimiento uniformemente disforme
(movimiento uniformemente acelerado) y la caída de graves (resistencia
interna). En su teoría combinaba la abstracción matemática con la realidad
física, clave para la comprensión de las leyes de la naturaleza. Tenía una
claridad rotunda acerca de este hecho y lo expresaba en ejemplos numéricos
concretos. Clasificó los diferentes tipos de movimiento en:
Movimiento
uniforme respecto al tiempo:
Es aquel por el
que el mismo móvil en iguales intervalos de tiempo recorre iguales distancias,
como se da perfectamente en el movimiento extremadamente regular del cielo.
Movimiento
disforme con respecto al tiempo:
Es aquel por el
cual, en partes iguales de tiempo son recorridas distancias desiguales, o en
(tiempos) desiguales, (espacios) iguales.
Movimiento
uniformemente disforme con respecto al tiempo:
Es el movimiento
de tal modo disforme, que si dividimos según el tiempo, (la velocidad de) el
punto medio de la proporción excede (la velocidad de) el extremo más lento lo
que es excedida por el más rápido.
El movimiento
uniformemente disforme respecto al tiempo es aquel cuya diformidad es tal, que
si se le divide según el tiempo, es decir, según las partes que se suceden en
el tiempo, en cada parte del movimiento del punto central excede del movimiento
extremo el menor de esa misma parte en cantidad igual a aquella en la que él
mismo es superado por el movimiento extremo más intenso.
Soto describió el
movimiento de caída libre como ejemplo de movimiento uniformemente acelerado
por primera vez, cuestión que solo aparecerá posteriormente en la obra de
Galileo:
...este tipo de movimiento propiamente sucede en
los (graves) naturalmente movidos y en los proyectiles. Donde un peso cae desde
lo alto por un medio uniforme, se mueve más veloz en el fin que en el
principio. Sin embargo el movimiento de los proyectiles es más lento al final
que al principio: el primero aumenta de modo uniformemente disforme, y el
segundo en cambio disminuye de modo uniformemente diforme.
Por lo tanto era
aplicable la ley de la velocidad media para calcular el tiempo de caída:
Esta especie de
movimiento es la propia de los cuerpos que se mueven con movimiento natural y
la de los proyectiles.
En efecto, cada
vez que cae una masa desde una cierta altura y en el seno de un medio
homogéneo, se mueve al final más de prisa que al principio. Pero el movimiento
de los proyectiles es más lento al final que al comienzo, y así el primero se
intensifica, y el segundo se debilita uniformemente.
Movimiento
diformente disforme con respecto al tiempo:
Es el movimiento
en tal modo disforme, que si es dividido según el tiempo, no ocurre que el
punto medio de cada parte en la misma proporción excede (en velocidad) a un extremo
cuanto es excedido por el otro. Este tipo de movimiento es el que esperamos en
los animales, donde se observa el aumento y la disminución.
Este fue un
descubrimiento clave en física y base esencial para el posterior estudio de la
gravedad por Galileo Galilei e Isaac Newton. Ningún científico de las
universidades de París y Oxford de aquella época había conseguido describir la
relación entre movimiento uniformemente disforme en el tiempo y la caída de los
graves como lo hizo Soto.
Tras las ideas
innovadoras sobre el movimiento de estos científicos, Galileo hizo un avance
muy importante al introducir el método científico que enseña que no siempre se
debe creer en las conclusiones intuitivas basadas en la observación inmediata,
pues esto lleva a menudo a equivocaciones. Galileo realizó un gran número de
experiencias en las que se iban cambiando ligeramente las condiciones del
problema y midió los resultados en cada caso. De esta manera pudo extrapolar
sus observaciones hasta llegar a entender un experimento ideal.3 nota 5 En
concreto, observó cómo un cuerpo que se mueve con velocidad constante sobre una
superficie lisa se moverá eternamente si no hay rozamientos ni otras acciones
externas sobre él.
Inmediatamente se
presentó otro problema: ¿si la velocidad no lo revela, qué parámetro del
movimiento indica la acción de fuerzas exteriores?; Galileo respondió también a
esta pregunta, pero Newton lo hizo de manera más precisa: no es la velocidad
sino su variación la consecuencia resultante de la acción de arrastrar o
empujar un objeto. Esta relación entre fuerza y cambio de velocidad
(aceleración) constituye la base fundamental de la mecánica clásica. Fue Isaac
Newton (hacia 1690) el primero en dar una formulación completa de las leyes de la
mecánica e inventó los procedimientos matemáticos necesarios para explicarlos y
obtener información a partir de ellos.
PRIMERA LEY DE NEWTON
La primera ley de
Newton, conocida también como Ley de inercía, nos dice que si sobre un cuerpo
no actua ningún otro, este permanecerá indefinidamente moviéndose en línea
recta con velocidad constante (incluido el estado de reposo, que equivale a
velocidad cero).
Como sabemos, el
movimiento es relativo, es decir, depende de cual sea el observador que
describa el movimiento. Así, para un pasajero de un tren, el interventor viene
caminando lentamente por el pasillo del tren, mientras que para alguien que ve
pasar el tren desde el andén de una estación, el interventor se está moviendo a
una gran velocidad. Se necesita, por tanto, un sistema de referencia al cual
referir el movimiento. La primera ley de Newton sirve para definir un tipo
especial de sistemas de referencia conocidos como Sistemas de referencia
inerciales, que son aquellos sistemas de referencia desde los que se observa
que un cuerpo sobre el que no actua ninguna fuerza neta se mueve con velocidad
constante.
En realidad, es
imposible encontrar un sistema de referencia inercial, puesto que siempre hay
algún tipo de fuerzas actuando sobre los cuerpos, pero siempre es posible
encontrar un sistema de referencia en el que el problema que estemos estudiando
se pueda tratar como si estuviésemos en un sistema inercial. En muchos casos,
suponer a un observador fijo en la Tierra es una buena aproximación de sistema
inercial.
La Primera ley de
Newton nos dice que para que un cuerpo altere su movimiento es necesario que
exista algo que provoque dicho cambio. Ese algo es lo que conocemos como
fuerzas. Estas son el resultado de la acción de unos cuerpos sobre otros.
SEGUNDA LEY DE NEWTON
La Segunda ley de
Newton se encarga de cuantificar el concepto de fuerza. Nos dice que la fuerza
neta aplicada sobre un cuerpo es proporcional a la aceleración que adquiere dicho
cuerpo. La constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo, de manera que
podemos expresar la relación de la siguiente manera:
F = m a
Tanto la fuerza
como la aceleración son magnitudes vectoriales, es decir, tienen, además de un
valor, una dirección y un sentido. De esta manera, la Segunda ley de Newton
debe expresarse como:
F = m a
La unidad de
fuerza en el Sistema Internacional es el Newton y se representa por N. Un
Newton es la fuerza que hay que ejercer sobre un cuerpo de un kilogramo de masa
para que adquiera una aceleración de 1 m/s2, o sea,
1 N = 1 Kg · 1
m/s2
La expresión de
la Segunda ley de Newton que hemos dado es válida para cuerpos cuya masa sea
constante. Si la masa varia, como por ejemplo un cohete que va quemando
combustible, no es válida la relación F = m · a. Vamos a generalizar la Segunda
ley de Newton para que incluya el caso de sistemas en los que pueda variar la
masa.
Para ello primero
vamos a definir una magnitud física nueva. Esta magnitud física es la cantidad
de movimiento que se representa por la letra p y que se define como el producto
de la masa de un cuerpo por su velocidad, es decir:
p = m · v
La cantidad de
movimiento también se conoce como momento lineal. Es una magnitud vectorial y,
en el Sistema Internacional se mide en Kg·m/s. En términos de esta nueva
magnitud física, la Segunda ley de Newton se expresa de la siguiente manera:
La Fuerza que actua sobre un cuerpo es igual a la
variación temporal de la cantidad de movimiento de dicho cuerpo, es decir,
F = dp/dt
De esta forma
incluimos también el caso de cuerpos cuya masa no sea constante. Para el caso
de que la masa sea constante, recordando la definición de cantidad de
movimiento y que como se deriva un producto tenemos:
F =
d(m·v)/dt = m·dv/dt + dm/dt ·v
Como la masa es
constante
dm/dt = 0
y recordando la
definición de aceleración, nos queda
F = m a
tal y como
habiamos visto anteriormente.
Otra consecuencia
de expresar la Segunda ley de Newton usando la cantidad de movimiento es lo que
se conoce como Principio de conservación de la cantidad de movimiento. Si la
fuerza total que actua sobre un cuerpo es cero, la Segunda ley de Newton nos
dice que:
0 = dp/dt
Es decir, que la
derivada de la cantidad de movimiento con respecto al tiempo es cero. Esto
significa que la cantidad de movimiento debe ser constante en el tiempo (la
derivada de una constante es cero). Esto es el Principio de conservación de la
cantidad de movimiento: si la fuerza total que actua sobre un cuerpo es nula,
la cantidad de movimiento del cuerpo permanece constante en el tiempo.
TERCERA LEY DE NEWTON
La tercera ley,
también conocida como Principio de acción y reacción nos dice que si un cuerpo
A ejerce una acción sobre otro cuerpo B, éste realiza sobre A otra acción igual
y de sentido contrario.
Esto es algo que
podemos comprobar a diario en numerosas ocasiones. Por ejemplo, cuando queremos
dar un salto hacia arriba, empujamos el suelo para impulsarnos. La reacción del
suelo es la que nos hace saltar hacia arriba.
Cuando estamos en
una piscina y empujamos a alguien, nosotros tambien nos movemos en sentido
contrario. Esto se debe a la reacción que la otra persona hace sobre nosotros,
aunque no haga el intento de empujarnos a nosotros.
Hay que destacar
que, aunque los pares de acción y reacción tenga el mismo valor y sentidos contrarios,
no se anulan entre si, puesto que actuan sobre cuerpos distintos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario